2007/01/30

2007/01/28koa

HILETEA


Sarrera-abestia

Beti-betiko zoriona gure hileri emon, Jauna;
betiko argi zabalean zure argiak argi daizan.

—Zuri, Jainkoa, / Sion-gainean / esker kantu,
Jerusalenen / zuri eskeintza / zuri botu.

—Entzun nagizu / gizon bakotxak / behar baitu
gaur edo bihar / * / zuganatu.

 
Abadearen agurra

   † Aitaren eta Semearen eta Espiritu santuaren izenean.
   —Amen.

    † Jesukristogan, bere Espirituaz
biziaren betetasunean
hartzen gaituan Jaun­goiko Aitaren maitasuna
izan bedi zuekin.       

 R/. —Eta zure espirituarekin.

Sarrera-oharra

     Hermanos: el dolor no es el medio más apropiado para acercarnos a Dios y entablar un diálogo confiado con él. Pero también hay que decir que el dolor no tiene que privarnos de la mirada bondadosa y acogedora del Padre.

     Si la pérdida de I. nos sume en el dolor y el llanto, no por ello debe verse resquebrajada nuestra confianza en Dios, fuente de vida, que la culmina en su eternidad.

     Acerquémonos a estos ritos sagrados con fe, con confianza, de la mano de Jesús, muerto y resucitado, a quien lo hacemos presente entre nosotros mediante este Cirio pascual que procedemos a encender (e incensar).

 
Biztu da Kristo, Aleluia; guregan dago: Aleluia!

—Jainkoak bait du gaur Kristo biztu: Aleluia!
—Bere indarrez biztuko gaitu: Aleluia!, Aleluia!

 
   † Erruki dakigula Jainko guztiz ahaltsua, eta gure pekatuak parkaturik eroan gaizala betiko bizitzara.
   —Amen.

 
Otoitza

 Oremos:

Dios creador y fuente de vida,
de gozo y alegría:
mira la postración de tus hijos,
golpeados por la muerte del familiar I.;
concédele la confianza
de que goza para siempre de tu rostro
que ha añorado en su vida temporal
creyendo firmemente en la resurrección.
Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo...
—Amen.

HITZAREN LITURGIA

 

Lam  (3, 17-26)

     Oharra

     De la mano de esta lectura, fijémonos con qué confianza podemos hablarle a Dios desde nuestro dolor. Nos ayudará también a renovar nuestra fe y confianza en él, que es fuente de vida, de misericordia y de amor, y es fiel.

 

Lactura del Libro de Lamentaciones (3, 17-26)

17 De mí se ha alejado la paz
y he olvidado ya lo que es la dicha.

Hasta he llegado a pensar que ha muerto
mi firme esperanza en el Señor.

19 Recuerdo mi tristeza y soledad,
mi amargura y sufrimiento;

20 me pongo a pensar en ello
y el ánimo se me viene abajo.

21 Pero una cosa quiero tener presente
y poner en ella mi esperanza:

22 El amor del Señor no tiene fin
ni se han agotado sus bondades.

23 Cada mañana se renuevan;
¡qué grande es su fidelidad!

24 Y me digo: ¡El Señor lo es todo para mí;
por eso en él confío!

25 El Señor es bueno con los que en él confían,
con los que a él recurren.

26 Es mejor esperar en silencio
que el Señor nos ayude.

Palabra de Dios

Salmo responsorial

R/. Zure eskuetan dot bizia,
askatu naizu, Jaun handia

Señor, acuérdate del amor y la ternura
que siempre nos has manifestado,

Señor, acuérdate de mí,
por tu gran amor y bondad.

17 Mi corazón se aflige más y más;
líbrame de mis angustias.

18 Mira mis tristezas y trabajos,
y perdona mis pecados.

20 ¡Cuídame, sálvame la vida!
¡No dejes que me hunda en la vergüenza,
pues en ti busco protección!

21  Que me protejan mi honradez y mi inocencia,
pues en ti he puesto mi confianza.

 

Ebanjelioa: OHARRA

     Tal vez no tenga sentido el dolor, la pobreza, la entrega a la causa... Pero Jesús nos presenta este programa de vida como el que le agrada a Dios. Acojámoslo como regalo que nos hace para convertir la nuestra en una vida plena.

Aleluya, Aleluya, Aleluya

† Lectura del santo evangelio según san Mateo

(5, 1-12a)

En aquel tiempo, al ver la multitud, Jesús subió al monte y se sentó. Sus discípulos se le acercaron, y él comenzó a enseñarles diciendo:


"Dichosos los que reconocen su pobreza espiritual, porque suyo es el reino de los cielos.


"Dichosos los que sufren, porque serán consolados.

"Dichosos los humildes, porque heredarán la tierra que Dios les ha prometido.

"Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán satisfechos.

"Dichosos los compasivos, porque Dios tendrá compasión de ellos.

"Dichosos los de corazón limpio, porque verán a Dios.

"Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará hijos suyos.

10  "Dichosos los perseguidos por hacer lo que es justo, porque suyo es el reino de los cielos.

11  "Dichosos vosotros, cuando la gente os insulte y os maltrate, y cuando por causa mía digan contra vosotros toda clase de mentiras. 12  ¡Alegraos, estad contentos, porque en el cielo tenéis preparada una gran recompensa!

Palabra del Señor

HOMILÍA

     Hermanos: es tremendamente elocuente el silencio; y hace falta ser atrevido para romperlo, con tópicos, con palabras vacías o con fórmulas convencionales. Es mejor dejar que fluya nuestro dolor, el llanto, se revuelvan imágenes y recuerdos a velocidades vertiginosas en nuestra mente. Corremos el riesgo de ser devorados por el remolino del abatimiento... y nos atrevemos a afirmar que Dios aprieta, pero no ahoga. Más bien habría que decir que Dios en un misterio y nos invita a zambullirnos en él con confianza.

     Contemplemos al Crucificado, y a María y a su discípulo amado a los pies de la cruz. Escuchemos el reproche de los cumplidores de la Ley: «¿No se ha hecho Hijo de Dios? Pues, ¡que baje de la cruz y le creeremos!»

     Descubramos que nuestra fe en Dios y nuestra entrega más fiel y confiada, no nos ahorra el dolor de la muerte, y nos paga con su —aparente— ausencia. Escuchemos el grito de dolor del Crucificado: «Dios mío: ¿por qué me has abandonado?»

     Y preguntémonos: ¿merece la pena creer, ser fiel, entregarse a la construcción del reino, pasando por ser un incomprendido e incluso rechazado? Es la opción que hace Jesús y nos la presenta como la más humana, la que agrada a Dios, la que no puede fallar.

     Pero ¿qué supone confiar en Dios? Lo hemos visto en la primera lectura: poder dirigirnos a él con confianza. Que ¿para qué sirve eso? Desdichado quien busca en Dios la utilidad, y no ha gustado de la cercanía de ese Dios amoroso que no abandona en la tristeza y la soledad, la amargura y el sufrimiento. Dichoso, por el contrario, quien puede proclamar que el amor del Señor no tiene fin, ni se han agotado sus bondades, y puede decir el Señor lo es todo para mí y por eso confío en él.

     Vale la pena vivir esa confianza en Dios, renovarla cada día en esa oración que le presenta el dolor, el sufrimiento, la soledad, la angustia y el pecado que nos envuelve, y puede gritar: ¡Cuídame, sálvame la vida! Y ello con la confianza plena de que Dios no falla.

     ¿Quién puede vivir esa confianza en Dios, que cualquiera de nosotros añora? Confiemos en Jesús, en su programa, aunque nos parezca paradójico, o incomprensible o inaceptable, porque él lo ha llevado a cabo y se lo presenta a sus discípulos: dichosos quienes aprecian la pobreza, o sufren, o viven la humildad, o pasan hambre y sed de justicia, o son compasivos, o de corazón limpio, o trabajan por la paz... ¿Verdad que rompe todos nuestros esquemas de la caridad bien entendida empieza por uno mismo? Cuando uno/a se llena de Dios empieza a ver la realidad de otra manera, como el auténtico campo de trabajo donde servir a Dios cada día, sirviendo a los semejantes y alabándolo en las criaturas a cuidar y respetar.

     Si la muerte de I.nos ha dejado tocados, escuchemos la llamada de Dios a encauzar nuestra vida, camino de la plenitud que encontrará en sus brazos, y renovemos cada día nuestra confianza en él mediante la oración y el servicio a los semejantes, asumiendo el programa de vida que nos ha presentado Jesús en el llamado sermón del Monte.

 

 Herri-Otoitza  (eskariak )

   Uste osoz egin deiogun otoitz Aita ahalguztidunari, bere Seme baka­rra, Jesu­kristo, hilen artetik biztu eban Jainkoari:

 

- Eskatu daigun hilaren alde Kristo bitarteko hartuz;
gure otoitzak asko dagike harenarekin alkartuz.

 

* HARTU ZUK, JAUNA, HIL HAU ZERUAN, BETIKO BIZI-LEKUAN.

- Kristorena zan, Aitak deitua harekin bizi ta hiltera;
Aitak eroan daiala orain Kristorekin berbiztera.

- Lehen joanak ere izan begiz gure otoitzak gogoan;
guztiak batu daizala Jaunak bere maitezko altzoan.

* HARTU ZUK, JAUNA, DANAK ZERUAN, BETIKO BIZI-LEKUAN.

 † Zeuk salbatzen dozuz, Jau­na, gizaki guztiak; eta zure gogoa inor ez galt­zea dan ez­kero, entzun, arren, zure her­riaren eska­riak. Jesu­kristo gure Jau­naren bitartez.    

Amen .

ESKEINTZA

Cuadro de texto: ESKEINTZA

Bendito seas Señor, Dios del universo
por este pan y este vino,
frutos de la tierra, de la vid,
y del trabajo del hombre
que recibimos de tu generosidad
y ahora te presentamos.
Ellos serán para nosotros
pan de vida y bebida de salvación.

—Bendito seas por siempre, Señor.

† Orad, hermanos, para que este sacrificio mío y vuestro sea agradable a Dios Padre todopoderoso.

—El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

 

Opari otoitza

Al presentarte este pan y este vino, Señor,
queremos presentarte también la vida
de tu hijo I., y el dolor de su familia,
para que los aceptes con agrado
y derrames sobre nosotros tu bendición.
Jesukristo gure Jaunaren bitartez.
—Amen.

PREFAZIOA

† Jauna zuekin.
—Eta zure espirituarekin.

† Gora bihotzak.
—Jaunagan daukaguz.

† Eskerrak Jaungoiko gure Jaunari.
—Egoki da eta zuzen.

 

Egoki da, bai, eta zuzen
non-nahi eta beti zuri eskerrak emotea,
Jauna, Aita guztiz santu,
Jaungoiko ahalguztidun betiko horri,
Jesukristo gure Jaunaren bitartez.
 

Beronengan argi egin deusku
biztuera zoriontsuaren itxaropenak;
eta nahi-ta-nahi-ez,
    hilbeharrak goibeltzen gaituanok
gero hilezkor izan garan hitzak pozten gaitu.

Zure zintzoei, Jauna,
bizia ez jake kendu egiten, aldatu baino;
eta lurreko bizileku hau hondatzean,
betiko bizilekua gertatzen jake zeruan.

Horregaitik, aingeru ta goi-aingeruekin
eta zeruko talde guztiekin
zure aintzari goratzarre hau
beti ta beti abesten deutsogu:

 

Santu, Santu, Santua

Eukaristi-Otoitza II (Abadeak)

Santu zara, bai, Jauna,

eta santutasun guztiaren iturri.

Santu egizuz, ba, ogi eta ardau honeik,

zeure Espiritua isuriz,

Jesukristo gure Jaunaren

Gorputz † eta Odol egin daitezan guretzat.

 

Berak, saldu ebenean,

eta bere gogoz kurutzera joiala,

ogia hartu eta eskerrak emonez,

zatitu eban, eta bere ikasleei emon eutsen,

esanez:

 

Hartu eizue ta jan guztiok hontatik:
hau neure gorputza da-ta,
zuentzat emongo dana.

Afal-ondoan bardin, kaliza harturik,

barriz ere eskerrak emonez,

bere ikasleei emon eutsen, esanez:

 

Hartu eizue ta edan guztiok hontatik:
hau neure odolaren kaliza da-ta,
itun barri ta betikoaren odola,
zuentzat eta guztientzat
pekatuak parkatzeko isuriko dana.
Egizue hau neure oroigarri...

V./ Hau da sinismenaren misterioa.

 

R./  Hil eta biztu zarala, Jauna,
      zu barriz etorri arte
     hau dogu hau Barri Ona.

R./  Ogi-ardao honeik hartzean
     zure heriotza dogu autortzen
     zu, Jauna, etorri artean.

 

Horregaitik, Jauna,

zure Semearen heriotzea ta biztuerea gogoratuaz,

biziaren ogia ta salbamenaren kaliza

eskeintzen deutsuguz,

zuri eskerrak emonaz

altaran zure zerbitzari onartu gaituzulako.

 

Eta apalik eskatzen deutsugu,

Kristoren gorputz-odolak hartzen ditugunok

Espiritu Santuak bat egin gaizala.

 

Gogoan izan, Jauna,

mundu guztian zabaldurik dagoen zure Elizea;

eroaizu maitasun osora,

Benedikto, gure aita santuarekin,

Ricardo gure artzainekin,

 eta Karmelo haren artzain-laguntzailearekin,

eta eliz-gizon guztiekin batean.

 

Gogoan izan, Jauna, gaur mundu honetatik

zeugana eroan dozun I., zure zerbitzaria,

heriotzan zure Semearekin bat egin dan hau

biztueran ere berarekin bat izan dadila.

Gogoan izan, Jauna,

bizteko itxaropenean joan diren: I... (egunekoak ),

eta gure etxeko, senide eta hildako guztiak:

hartu egizuz zure aurpegiaren argitan.

Erruki zakiguz, arren, guk guztiok

betiko bizitzea jaritsi dagigun,

Jaungoikoaren Ama Maria doatsuarekin,

Apostolu santuekin, eta gizaldi guztietan

zure adiskide izan diren santuekin;

eurekin batean goratu zaiguzan.

Jesukristo zure Semearen bitartez.

 

Honen bitartez, honekin eta honengan

zuri, Aita, Jaungoiko ahalguztidun horri

Espiritu Santuarekin batean

ospe ta aintza guztia

gizaldi ta gizaldietan.   

— Amen.

 

Salbatzaileak agindu ta irakatsiari jarraituz

bildur barik esan dagigun.

 


GURE AITA zeruetan zarana

santu izan bedi zure izena,

etor bedi zure erreinua,

egin bedi zure nahia

zeruan bezela lurrean ere.

Emoiguzu gaur

egun hontako ogia;

parkatu gure zorrak

geuk ere gure zordunei

parkatzen deutsegun ezkero;

eta ez gu tentaldira eroan,

baina atara gagizuz gatxetik.


 

† Líbranos, Señor, de todos los males y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.

—Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria por siempre, Señor.

† Señor Jesucristo, que dijiste a los apóstoles: "la paz os dejo, mi paz os doy", no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia, y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

—Amen.

† La paz del Señor sea siempre con vosotros.     

—Y con tu espíritu.

† Daos fraternalmente la paz.

    Jaungoikoaren Bildotsa,
zeuk kentzen dozu munduko pekatua: Erruki, Jauna.

    Jaungoikoaren Bildotsa,
zeuk kentzen dozu munduko pekatua: Erruki, Jauna.

    Jaungoikoaren Bildotsa,
zeuk kentzen dozu munduko pekatua: emoiguzu bakea

 

JAUNARTZEA   (Abadeak)

 

† Éste es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo: dichosos los llamadas a su mesa: 

- Señor, no soy digno/a de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.

Jaunartzerako kantua

Jauna dot artzain / ez dot izango / nik goserik,
hark emongo deust / zer jan  onik.

—Neu naz zerutik lurrera jatsi dan ogia,
Aitak danori eskeinia.

—Nire gorputza egiz dozue janaria
ta nire odola edaria.
 

—Ogi hau jaten dauana beti da biziko;
hilterik ez dau ikusiko.

 

AMAIERAKO OHIKUNEAK

 

(Ohartxoa

Jaunartze ondoren ordezkariren batzuk hurreratuko dira mikrofonora oharren bat-edo irakurten. Behar bada, emaztea bera ere bai. Adi!

Ondoren, ohiko oharrak egin daitekez:

—Hirurrena: martitzena, eguastena, eguena; 6,30etan errosarioa, eta 7retan mezea.

—Olata-mezea datorren domekan, hilak 4, ordu 1etan.

—Hilaren azkenekoa: hilak 25, ordu 1etan.)

 

Jaunartze osteko otoitza

Alimentados, Señor, con estos sacramentos,
te pedimos refuerces en nosotros esa confianza
que nos conduce a presentarte
a nuestro hermano I.,
y la renueves cada día
para servirte fielmente.

Por Jesucristo.

—Amén

Onespena

† El Señor esté con vosotros.
—Y con tu espíritu

† La bendición de Dios todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu santo descienda sobre vosotros.
—Amén

† Podéis ir en paz.
—Demos gracias a Dios.